¿Qué tan abiertos estamos al cambio? ¿qué tan preparados nos encontramos? ¿cómo lo recibimos sabiendo que es imposible evitarlo? Es natural sentirnos amenazados ante lo desconocido y por naturaleza e instinto de conservación lo rechazaremos. Sin embargo, dominar los temores es todo un arte y se basa en la habilidad de aprender a dimensionar la situación, porque esto nos da una perspectiva real del temor al que nos enfrentamos.
Una vez identificado nuestro reto a vencer, haremos uso de cuanto recurso hayamos ido cultivando en la vida. Conocimiento, experiencia, fé, inteligencia emocional, paciencia, fuerza, consistencia, integridad. Herramientas poderosas al alcance de nuestra voluntad. Por eso es fundamental para quienes asumimos la vida cristiana, que saturemos nuestra mente y corazón con las palabras del Señor, pues es Su Palabra la que nos sostiene y alumbra en medio de la prueba.
Los cambios siempre son buenos, sí, siempre. ¿Cómo puedo estar tan segura? te diré mi secreto: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas obran para bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." Romanos 8:28
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