Un recuerdo y un café.

 

    Hoy recordé a mamá, un poco más de lo normal. Sé que en un día precioso como el de hoy me hubiera llevado a ese restaurante que tanto nos gustaba. Nunca necesitó un motivo especial para celebrar, decía que verme feliz era razón suficiente. 

    Pues bien, hoy desperté con ese anhelo de hacer lo que sabíamos hacer mejor: atesorar momentos y sabores. Así llegamos esta tarde a ese lugar tan especial. Solo entrar y ver el menú todo me hablaba de ella; sus ojitos bien abiertos mientras sonreía leyendo todo lo que ordenaría de aquel lugar italiano. 

    Recordé la dulzura de su cariño, la candidez con la que sostenía el pedacito de pan mientras le untaba mantequilla y parecía que el mundo entero se detenía a verla disfrutar ese momento. Y con apenas fuerzas alcancé a preguntar “¿porqué las personas mueren?”. Se hizo un silencio y en mi corazón se juntaron la profunda gratitud y la inseparable tristeza. Extraña mezcla que me acompañó hasta el último sorbito de café antes de pedir la cuenta...